La devoción por San Lázaro en Cuba ocupa el segundo lugar después de la Virgen de la Caridad, esta veneración está casi siempre ligada a la santería. Los devotos de San Lázaro le ofrecen grandes sacrificios, entre los cuales está la flagelación corporal.
En el San Lázaro que se venera en Cuba concurren tres historias muy interesantes:
1- San Lázaro, el personaje bíblico amigo de Jesús y hermano de Marta y María Magdalena.
2- Lázaro, el mendigo que aparece en una parábola del Evangelio de San Lucas
3- Babalú Ayé, el orisha que se sincretiza con los dos anteriores.
El nombre de Babalú Ayé es de origen lucumí. Babalú Ayé era muy mujeriego. Andaba continuamente de parranda hasta que todo el mundo le perdió el respeto y la misma Ochún, que era su mujer, lo abandonó. Un Jueves Santo, Orula le advirtió: «Hoy domínate y no andes con mujeres». Sin hacer caso del consejo de Orúmbila, esa noche se acostó con una de sus amantes. Al otro día amaneció con el cuerpo todo cubierto de llagas purulentas.
La gente huía de él porque le tenía miedo al contagio y sólo lo seguían algunos perros, a los que les gustaba lamerle las llagas. Por mucho que suplicó, Olofi se negó a perdonarlo y, al fin, Babalú Ayé murió. Pero a Ochún le dió lástima y gracias a sus ardides consiguió que Olofi le devolviera la vida. Ahora Babalú Ayé sabía lo mucho que sufren los enfermos y por eso regresó tan caritativo y misericordioso.
Orisha mayor y santo muy venerado Deidad de la viruela, la lepra, las enfermedades venéreas y, en general, de las afecciones de la piel. Se le considera hijo de Naná Burukú, pero en Abomey (África) sus padres son Kehsson y Nyohwe Ananou. Algunos estiman que nació directamente de Obatalá.
Medidas: 21 cms
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