El ágata púrpura tiene el poder y armoniza el yin y el yang, las fuerzas positivas y negativas que mantienen el universo en su lugar. El ágata púrpura se la asocia con el mundo del pensamiento y lo imaginario.
El contacto con esta piedra hace que nuestra visión resulte espiritualizada. Ella abre nuestros canales de percepción hacia otras dimensiones y nuestra mente hacia lo subjetivo, permitiéndonos presenciar lo que sería inimaginable para la mente materialista.
El ágata color púrpura nos permite aceptar la existencia del mundo sutil, de los cuerpos sutiles y la interrelación y responsabilidad de nuestros pensamientos y sentimientos con nuestro mundo físico.
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